El presidente del Consejo Regulador de la D.O.P. Aceite Sierra de Cazorla, Vicente Gil, lleva su cargo por bandera; apasionado del sector oleícola es médico por vocación y natural del municipio de Chilluévar. “Nací en un pueblo pequeño y mis padres eran agricultores, que me inculcaron su pasión por el campo. Mi padre tenía una fábrica de aceite, que pertenecía a la familia, y con 8 años recuerdo irme allí por las mañanas, con más chiquillos”. Vicente Gil nos permite, en esta entrevista, acercarnos a él y conocerle mejor, como persona y como profesional.

Pregunta: Cuéntenos brevemente su trayectoria profesional

Respuesta: Soy médico por vocación. Nací en un pueblo pequeño y, aunque mis padres eran agricultores y me inculcaron el amor por el campo, me gustaba irme con el médico del pueblo; fue algo que me impactó mucho y casi desde pequeño tenía decidido que quería ser médico. Estudié en Madrid, donde fui con 10 años a un colegio interno y, después, hice allí mi carrera universitaria. Al finalizar hice el servicio militar y me vine a Jaén, donde logré una plaza en Villacarrillo en el año 70. Tuve la gran suerte de que no me moví de allí y en Villacarrillo me jubilé.

P: ¿De dónde viene su vinculación con la agricultura?

R: Mis padres eran agricultores y mi padre tenía una fábrica de aceite, que era de la familia. Cuando se hicieron mayores me llevaron al campo y cuando fallecieron me hice cargo de la explotación familiar; empezó a gustarme y tuve la suerte de que un día fui a una reunión de la cooperativa de Chilluévar y, tras hablar con el presidente, me comentó si quería presentarme con él en su próxima lista, accedí y me hicieron vicepresidente de la cooperativa.

Después llegué a la Denominación de Origen Aceite Sierra de Cazorla, donde fui vicepresidente durante 4 años y después presidente, cargo en el que llevo 5 años.

P: ¿Cuál es el objetivo de la D.O.P. Aceite Sierra de Cazorla?

R: Nosotros siempre hemos defendido la calidad por encima de cualquier otro concepto y siempre hemos trabajado por y para ella. Nos marcamos una serie de planes, proyectos…, dirigidos a asegurar la excelencia en nuestros aceites. Además hacemos un exhaustivo asesoramiento agronómico y todo aquello que nos conduzca a producir un buen aceite, cómo obtener una buena producción…, sin olvidar algo fundamental, la trazabilidad del producto, que sepamos de dónde viene la aceituna, a dónde va y cómo se elabora.

En suma, buscar la mejor calidad posible. Estamos acreditados por ENAC (Entidad Nacional de Acreditación) y nuestros aceites pasan unos exigentes controles de calidad.

P: En Jaén hay grandes aceites y tres Denominaciones de Origen, ¿cómo es la relación entre todas?

R: Las tres Denominaciones de Origen, Sierra Mágina, Sierra del Segura y Sierra de Cazorla, además de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Aceites Jaén tenemos muy buena relación. Tener buena sintonía entre todas es muy importante para defender la calidad; en esta dirección hemos creado, en el año 2019, la Fundación Certióleo, las tres Denominaciones de Origen y la IGP, porque todos coincidimos en que queremos crear un producto de calidad y la unión del sector en la provincia de Jaén.

P: ¿Qué diferencia y hace especiales a los aceites de la D.O.P. Sierra de Cazorla?

R: Que tienen parte de campiña y mucha de sierra; nuestro terreno produce un aceite de oliva virgen extra excelente, extraordinario. Además contamos con la ventaja de que tenemos dos clases de aceite: el producido por la variedad Picual, con una gran estabilidad, y el elaborado con la variedad Royal, un aceite muy especial, autóctono de esta zona, suave, muy dulce y con olor frutado.

Por ofrecer algunos datos relevantes, hay que destacar que el pasado año tuvimos alrededor de 39-40 millones de litros de aceite de oliva y 4,5-5 millones de virgen extra. Envasamos alrededor del 17-18% de la producción

P: ¿Cómo considera que se encuentra el sector oleícola actualmente?

R: A día de hoy no está mal, teniendo en cuenta que venimos de unos años no demasiado buenos. Ahora los precios están subiendo y tenemos una media de 2,80 o 3 euros el kilo de aceite a granel, el virgen extra de 3 a 3,5 euros y el lampante a casi 2 euros. Son precios bastante aceptables y, si esto sigue así, supondría un respiro para el sector, porque estos años hemos tenido unos precios muy bajos.

Podemos decir que este año habrá un enlace de campaña de unos 350.000 kilos, lo que supone un dato positivo.

Sin embargo, a pesar del buen momento, quiero lanzar un mensaje a la unidad, a la necesidad de crear agrupaciones para vender unidos, para tener más fuerza en los mercados internacionales… Que haya unión a la hora de vender, porque podemos lograr más si eres grande que si eres pequeño.

P: ¿Cree que se valora el AOVE en España?

R: Muchas veces somos nosotros mismos los que no sabemos lo que tenemos. La gente todavía no tiene conciencia exacta del producto que está tomando y no sabe distinguir un virgen extra del que no lo es. En nuestra mano está dar esa información y hacer esa difusión, promocionando nuestros aceites, a su excelente calidad; es importante llegar al consumidor y que sepa valorar el producto que va a comprar.

 

VICENTE GIL DE CERCA…

  • ¿Cómo se definiría a sí mismo?

 Una persona normal y tranquila.

  • ¿Cuál es su principal defecto?

 Quizá a veces hablar demasiado (risas).

  • ¿Y su virtud?

 Soy muy tranquilo y me gusta escuchar.

  • ¿Cuáles son sus aficiones?

El ajedrez, el fútbol y los toros

  • ¿Cuál es su plato favorito?

Me encanta la paella, aunque no soy valenciano.

  • ¿El plato ideal para aderezarlo con un virgen extra de la D.O.P. Sierra de Cazorla?

Una buena ensalada con un buen bistec de ternera.

  • ¿Tiene algún libro de cabecera?

Me encantan los libros de Historia.

  • ¿A quién admira?

He admirado a Giménez Díaz, fue profesor mío, también a Di Stéfano, y a los jugadores de ajedrez Karpov y Kasparov.

  • ¿Tiene alguna frase motivadora que le ayude en los momentos difíciles?

Siempre he dicho que las cosas pequeñas son las que te hacen sobrevivir.

  • ¿Puede contarnos alguna anécdota de sus años ejerciendo la Medicina?

Una noche fuimos a casa de un paciente, la enfermera y yo, y cuando me doy cuenta le digo a ella “no me he traído el fonendo”; fueron momentos de apuro, pero acerqué el oído al pecho del enfermo y salí airoso de la situación (risas). No hay que ahogarse en un vaso de agua, cuando ya tienes un prestigio y una experiencia, la gente confía en ti.

  • ¿Qué le hace feliz?

Me ilusionan muchas cosas, mis nietos, el cariño de la gente de mi pueblo, me quieren mucho y yo a ellos… Se puede vivir, incluso con desgracias se vive.

  • Cuénteme un recuerdo de su infancia

Cuando tenía 6 o 7 años un amigo me dijo “tengo que ir a Mogón a recoger a mi hermana, ¿vienes conmigo?”; y allá que nos fuimos, andando, como una aventura. Eran las 11 de la mañana y llegamos a casa pasadas las 4 de la tarde; imagínate la preocupación de mis padres… Recuerdo que me ataron para que no me escapara (risas), pero para mí fue como una gran aventura.